El Sodalicio de Vida Cristiana (SVC), grupo católico ultraconservador fundado en 1971 por Luis Fernando Figari, ha sido oficialmente disuelto por orden del Papa Francisco tras décadas de denuncias por abusos sexuales, de poder y pederastia. La organización, con sede en Perú y filiales en varios países de Latinoamérica, llegó a acumular un patrimonio de USD 1.000 millones.

El Vaticano emitió el decreto de supresión en enero de 2025, y sus miembros lo firmaron este 14 de abril. En un comunicado, el Sodalicio admitió al menos 83 víctimas, pidió perdón a la Iglesia y aseguró haber pagado USD 5,3 millones en indemnizaciones.

Sin embargo, investigaciones periodísticas lideradas por Paola Ugaz y Pedro Salinas revelan que el número de víctimas podría superar el centenar. Figari y otros líderes abusaron física, sexual y psicológicamente de jóvenes durante décadas. El Papa designó al sacerdote Jordi Bertomeu como comisario apostólico para liquidar los bienes del grupo y asegurar reparaciones.

Además del escándalo de abusos, el Sodalicio está bajo investigación en Perú por lavado de activos y evasión fiscal. Durante años operó como una red empresarial disfrazada de misión religiosa, con negocios en cementerios, educación y minería.

El escándalo salió a la luz tras el libro Mitad monjes, mitad soldados (2015), y solo tras las gestiones personales de Ugaz y Salinas con el Papa en 2022, el Vaticano tomó medidas definitivas. Figari fue expulsado en 2024 y se destituyó a otros líderes, entre ellos un obispo. La Iglesia busca ahora justicia para las víctimas y cerrar uno de los capítulos más oscuros de su historia reciente.